martes, 4 de diciembre de 2012

Terapia Ocupacional en Niños




  Terapia Ocupacional en niños. (Jhosbel Tamayo, Elisabel Bonilla)

“Es la encargada de velar por el bienestar del menor, de su ocupación y relación con el medio ambiente. Sirve para favorecer el desempeño en el colegio, a la hora de jugar, su autocuidado e interacción con los demás”, afirma la terapeuta ocupacional Maritza Ferro. Ella explica que la terapia ocupacional trabaja en prevención, promoción y rehabilitación, desde las características y situación de los niños, quienes tienen como ocupación principal jugar y seguir siendo niños.



Quiénes asisten a la terapia


Niños con problemas en el desarrollo psicomotor, es decir: motricidad gruesa (correr, saltar, jugar) o fina (escribir, colorear, recortar); hiperactivos, con dificultades de aprendizaje o atencionales: no les gusta permanecer sentados, seguir instrucciones, respetar al otro e, incluso, no comer las onces, cepillar los dientes ni tolerar la marquilla de la ropa (texturas).

Según Álvaro Izquierdo, neuropediatra, a nivel cerebral existen dos factores por las cuales el niño debe ser remitido a terapia ocupacional: uno, falta de estimulación o de maduración; dos, trastornos genéticamente determinados como dispasia (anormalidad en el aspecto de

las células). También en caso de factores de riesgo como nacimiento antes de tiempo, desnutrición, meningitis, bajo peso, falta de estimulación o maduración de las células del cerebro.

El neurólogo pediatra también interviene en la remisión al terapeuta ocupacional. “Sin embargo, no existen exámenes para determinarlo; es más una apreciación clínica, es decir, si un niño de ocho meses aún no se sienta o uno de un año, no coge granito, necesita terapia ocupacional”.











¿Sabes cuál es tu ocupación? 


El trabajo de un niño como tú es jugar, aprender y crecer para ser independiente. Para algunos niños, es difícil llevar a cabo ciertas tareas cotidianas, como escribir, comer o vestirse, pero la terapia ocupacional los puede ayudar. A los terapeutas ocupacionales se les ocurren muchas ideas para ayudar a los niños que tienen una discapacidad física o enfrentan otros desafíos. Si un niño tiene dificultades para comer, el terapeuta le puede proporcionar cubiertos especiales que sean más largos, más cortos o que tengan mangos de goma, para que pueda agarrarlos con mayor facilidad. Si un niño tiene dificultades para escribir, la terapia puede ayudarlo a fortalecer el dedo índice mediante la práctica de pintar con las manos o utilizando una pistola de agua. ¡Gracias a la terapia ocupacional, hay muchas maneras de lograr un objetivo!








Quién identifica si debe ir o no a terapia

Según el reporte del colegio (maestros y psicólogos), de la familia y, por supuesto, del pediatra. No siempre se requieren exámenes médicos específicos para hacer la remisión a la EPS.

Para verificar si el niño requiere o no la terapia, neuropsicólogos y neurólogos podrán entregar un diagnóstico final.

También se les hacen a los niños pruebas como Taca-taca, desarrollo de habilidades sensomotoras (pintura y desarrollo sensorial), sociales y de interacción, de autocuidado, control de esfínteres, tiempo libre y relación con su entorno, que las aplican las terapeutas.







Qué pasa en el cuerpo del niño? 

Algunos de estos niños tienen mayor dificultad con el procesamiento de la información, en el cerebro tienen un patrón de madurez más despacioso para aprender ciertas cosas. Otra de las explicaciones es que no tienen un buen desarrollo de la habilidad con el sistema propioceptivo (posición de los músculos) y vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial). También está asociado el bajo tono muscular. Todos los seres humanos nacemos con esa tensión normal del músculo para hacer las cosas; sin embargo, algunos de nosotros necesitamos hacer más ejercicio y más esfuerzo para mejorar la tensión del músculo. Es lo que se conoce como bajo tono muscular. Quienes lo padecen deben hacer un gran esfuerzo para hacer las cosas y se cansan fácilmente, se distraen, les pesan las cosas, no empujan, no halan. No varía acorde a la edad.







Cómo darse cuenta de que su hijo la necesita terapia:


Martha Tobón, terapeuta ocupacional y miembro del departamento  de Terapia ocupacional, dice que algunos de los ítems que podrían servir de indicador a los padres son:

• En el caso de los bebés, su proceso de desarrollo puede ser más lento comparado con otros niños de su edad: no se sientan, miran fijamente a los ojos, lloran incesantemente, no se calman ni siquiera alzándolos y no les gusta coger objetos con las manos.

• En edad escolar: tienen dificultad al coger el lápiz, al hacer trabajos manuales o con las tareas de memoria. No recuerdan qué ni cómo hizo las cosas. No le gusta jugar ni compartir con sus compañeros.



Diagnóstico y duración de las terapias


El diagnóstico se hace en conjunto: maestros y familia se trazan objetivos claros.
La sesión dura 45 minutos en las cuales el terapeuta ocupacional toma observación, análisis y destrezas del paciente.